La desintegración, problema latente en Jaén, en el Perú y en el Mundo.
Padres Discutidores:
Frente a tantas pruebas, que demuestren que los niños pueden verse prejudicados por las luchas entre madres y padres, algunas podrían preguntarse si su meta no debería ser la de desterrar todas las formas de conflicto matrimonial o, por los menos, ocultar sus desacuerdos frente a los niños.
El conflicto y la ira son complementos normales de la vida matrimonial cotidiana. Las parejas que pueden expresar abiertamente sus diferencias (por otra parte inevitable) y abrirse paso a través de ellas, a largo plazo tienen relaciones más felices. Así mismo, los padres que reconocen las emociones negativas, están en mejores condiciones de ayudar a sus hijos a enfrentar sus propios sentimientos de ira, tristeza y temor.
Todos debemos benciar a nuestros hijos hios. Si verdaderamente queremos lo mejor para ello, debemos entonces aprender a relacionarse mejor entre los adultos . Quizás, la consigna ya no sea "No discutimos más", sino "Aprendemos a discutir".
Los Cónyuges:
- ¡Cuántos disgustos familiares se evotaran si los esposos se conocieran mejor¡
- ¿Sabes por qué a veces te desconciertan sus relaciones?, porque aún no lo conoces bien. Y no lo conoces bien... porque hasta ahora no te has preocupado seriamente por conocerlo. Considera como tuya a la familia de tu cónyuge. Esto, a veces, no es fácil, pero con buena voluntad y esfuerzo conseguirás resultados sorprendentes en este terreno.
- No discutan nunca y menos delante de tus hijos.
Los Hijos:
- Los padres se continúan en sus hijos, mucho más que el artista en su obra.
- Te duele que aquel hijo tuyo no tenga confianza contigo y te viene la tentación de exigírsela. ¡Cuidado! La confianza no se puede exigir, hay que ganársela.
- Enseñan a sus hijos a ser cariñosos con sus abuelos. Es un excelente modo de devolver a los padres un poco de amor que les deben.
- ¿Miedo a la iniciación sexual de tus hijos? Miedo ¿por qué? Lo que debe darte alegría es poder descubrir, poco a poco, a tus hijos la grandeza del amor humano.
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